Muchas formas y eventos del continente recurren a explicaciones legendarias para forjar su historia. Desde la dualidad entre el verano y el invierno a la creación del mar interior, pasando por la fragmentación de las Antípodas Ardientes y la separación de Duin Tol’Sil. No obstante, es cierto que las mayores calamidades que han marcado a los habitantes de Gielver, han sido provocadas por la presencia de los dragones elementales.

De hecho, las fuentes mágicas que hoy en día utilizan todos los magos del mundo, o que coronan la mayoría de los artefactos mágicos; proceden de los "pedazos" de estos dragones. Ejemplo de ellos son el dracohielo, la magmasangre o el ambaráspid.
Panteón de Los Antiguos
Dado que estos trascendentales seres pueden llegar a dormir durante miles de años, no es de extrañar que las razas y criaturas más mortales y efímeras hayan distorsionado o cambiado su imagen, basándose en leyendas e historias que han ido pasando de generación en generación. Lo cierto es que, a parte de los antiguos Sidhes, pocas razas a día de hoy logran recordar a los dragones como lo que eran. La gran mayoría los transformaron en dioses y los humanizaron, dando así forma y sentido a los antiguos cataclismos y a los eventos naturales más mundanos.
Así pues, cada dragón fue convertido en un Dios, al que se le atribuyeron unas características y una personalidad concreta. El Panteón de los Antiguos está constituido por seis dioses principales:
- Dratherna, Diosa del Agua.
- Tharthreiz, Dios del Fuego.
- Vihalla, Diosa de la Tierra.
- Gihaial, Dios del Viento.
- Solder, Diosa de la Muerte.
- Ámphiter, Dios del Tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario