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sábado, 3 de marzo de 2018

Imperio Humano


Ejército Imperial.
La raza humana, tal y como ahora se la conoce en Gielver; es el resultado de una historia larga, sangrienta y belicosa. Desde las Guerras de los Clanes, a la caída de Coortalis y la masiva expansión del Imperio; los humanos parecen tener la guerra por castigo dentro de este mundo. En general, las demás razas los consideran volubles, frágiles y débiles de mente por su facilidad para caer ante la codicia de riquezas, territorios o poder. Las razas faéricas tachan a los humanos como una raza incompleta, creada con un vacío en su corazón que intentan llenar a toda costa y que rige su naturaleza codiciosa e insaciable. Otras, como los enanos, creen que son como ellos: capaces de lo mejor y de lo peor, de alcanzar su máximo esplendor y acto seguido caer en desgracia por necios.

Pueblos de la Tundra

Humana de la Tundra
Las gentes de la tundra son las que aún mantienen las viejas costumbres de los antiguos clanes. En general son de piel pálida, ojos claros y cabellos rubios, pelirrojos o castaños. Suelen vestir con cueros rudos y pieles, y adornarse con tatuajes.
Durante muchas generaciones han sido tachados de bárbaros y salvajes; ya que no viven bajo el mandato del Imperio ni siguen a ningún líder o rey. Se agrupan en poblados nómadas, viven de la caza, el asalto a caravanas y la poca recolección que ofrece la Tundra. Así que en general son comunidades pequeñas, que veneran al Panteón de los Antiguos y practican un chamanismo animal que da nombre a sus clanes: “los del chacal”, “los del águila”, “los del oso”, etc.  El modo de venerar sus creencias puede variar dependiendo del clan: algunos son respetuosos con la naturaleza, y otros realizan sacrificios brutales y sangrientos.
Son grandes montaraces y exploradores, probablemente sean los que mejor conocen los traicioneros caminos de la Tundra, y muchos contratan sus servicios como guías o escoltas. Eso sí, no conocen el valor del dinero, normalmente utilizan el trueque o el intercambio para comerciar.

Sin embargo, algunos clanes han logrado asentarse allí donde los recorridos fluviales son constantes y se puede intentar algo de agricultura o agrupar un ganado significativo; creando pueblos grandes y edificios asentados en estructuras duraderas. Son los más “civilizados”, especialmente aquellos que conviven o tienen contacto con el clan enano de la Ceniza, o que comercian con los reinos enanos a cambio de acero y manufacturas sofisticadas. De ellos han aprendido alfabetos, escrituras, aritmética e incluso magia. No es raro que, de vez en cuando, algún bárbaro sobresaliente en las aptitudes mágicas sea llevado a las ciudades enanas para completar su formación.

Humanos del Imperio

Soldado del Imperio
Los humanos del Imperio son los más diversos y variados de todo Gielver. Dado que su nación es tan grande y que su sociedad está fuertemente estratificada en estamentos, se puede encontrar absolutamente de todo dentro de esta raza: nobles, comerciantes, soldados, mercenarios, delincuentes, sacerdotes, estudiosos, políticos, campesinos, etc. Racialmente están muy entremezclados y son muy variopintos. Los descendientes coortalianos tienden a tener la piel y los cabellos más oscuros; mientras que los procedentes de Duramar tienen los rasgos más angulosos y los ojos almendrados.

Lo cierto es que las actuales sequías y malas cosechas han echado a las gentes de los campos, provocando migraciones hacia las ciudades y alistamientos masivos en el ejército o el clero para poder tener algo que comer y un lecho en el que dormir. El Imperio está en crisis, sus campos están sobreexplotados y sus bosques casi completamente talados por los fuegos de las industrias bélicas y tecnomágicas. Por ello, la conquista de Rohäred ahora mismo resulta esencial para la supervivencia del Imperio, que está ávido de nuevos recursos y territorios que explotar.

El ambiente de la guerra se respira sobre todo en los pueblos empobrecidos por los impuestos, y en las ciudades donde a menudo se arman revueltas o crece la criminalidad debido al ascendente grado de pobreza de los estamentos inferiores. Las casas nobles viven en un estado de preocupación, la capacidad samaritana del clero está desbordada y las relaciones entre el resto de naciones y el Imperio se va erosionando cada vez mas, debido a que ya no puede mantener las viejas transacciones, pero sus demandas son cada vez mas altas.

Humanos independientes


Humana Clériga
No todos los humanos viven en las duras condiciones de la Tundra o bajo el yugo del Imperio. Algunos, los autodenominados "hombres libres" hacen su propia vida sin rendir cuentas a nadie más que a sí mismos. Es el caso de la mayoría de los hombres de Duramar, dedicados principalmente a la piratería y el contrabando. Algunos se han criado allí, otros han huido desde el Imperio o han llegado por otras circunstancias. Están perseguidos por la Ley Imperial, y son considerados delincuentes o traidores.

Por otra parte, algunas órdenes antiguas, dedicadas a los antiguos Dioses, mantienen cierta "inmunidad" ante la Ley Imperial, ya que la mayoría son cruzados de viejas causas que muchos consideran perdidas. El Imperio no los persigue, a pesar de que no apruebe la vieja religión; ya que los considera una molestia menor que tarde o temprano desaparecerá por sí misma.
Estas viejas órdenes suelen llevar el nombre del elemento del dios: Orden del Fuego, del Agua, del Viento y de la Luz. No pueden aceptar dinero por sus servicios, sólo caridad, y no tienen residencias estables: vagan por el mundo "limpiando el mal" y como mucho regresan a los viejos templos que siguen funcionando por el continente una o dos veces al año.

Esclavos de los faéricos

Esclava de los nuberu
Hay algunos casos especiales dentro de la raza humana, y son los humanos esclavizados por las razas faéricas. Muy al contrario que los orcos, estos humanos reciben una buena educación y son tratados correctamente mientras no den problemas.

Los humanos esclavizados por los nuberu son también considerados "herramientas", y hacen los trabajos que estos faéricos no hacen: servicio doméstico, trabajos forzosos, cuidado de criaturas, etc. La cultura pragmática de los nuberu impera en favor de estos humanos, ya que saben que un esclavo maltratado es un esclavo que no rinde. De hecho no es inusual que un amo nuberu libere a su esclavo después de muchos años de servicio o de algún acto honorable. La mayoría de los humanos esclavizados por esta raza proceden del Imperio. De hecho, se sabe que la propia Ley Imperial ampara a los nuberu y no hacen nada para evitar los raptos, siempre y cuando mantengan una cifra relativamente baja y estable.

Por el contrario, los humanos raptados por los Sidhe crecen entre algodones, se les malcría y consiente como las adorables mascotas que son; y cuando llegan a la pubertad, son abandonados. Algunos mueren ahogados en el mar. Otros acaban en las costas de Rohäred, donde deben sobrevivir a los despiadados kentauri, o rezar por no meterse en las ciénagas y acabar esclavizados o devorados por los mugrientos saad. Los que tienen suerte son rescatados por los enanos o logran traspasar las fronteras del Imperio, pero son los que menos.

Atributos humanos
  • Mejora de característica: +1 a dos puntuaciones de características a elección del jugador.
  • Edad: Alcanzan la madurez alrededor de los 20 años y viven menos de un siglo.
  • Alineamiento: Cualquiera.
  • Tamaño: Mediano, alrededor de 5 y 6 pies de altura.
  • Velocidad: 30 pies caminando.
  • Dote: Obtienen una dote a elección del jugador.
  • Hábil: Competencia en una habilidad a tu elección.
  • Idiomas: Pueden hablar, leer y escribir común y un idioma a elección del jugador.
Humanos del Imperio contra los Jotun.

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